Rampa casera años 70.

Mi vida en Monopatín:
“Desde que tengo recuerdos, en mi casa siempre hubo un patín. Y yo no le hacía mucho caso, hasta que vi en la calle uno que giraba. El mío no giraba. O al menos yo no conseguía hacerlo girar. A los 9 años, conseguí el preciado Sancheski 4 y ya no existía otra cosa en el mundo. Salvo obligaciones, yo solamente patinaba. Durante aquellos años conocí a José Antonio «Caribbean» que puso a mi alcance (y al de otros colegas) conocimientos y material. Domingos en Nuevos Ministerios, tardes en Cimarra Sport (y después en Caribbean), el equipo Sancheski de Madrid, Arenys, todo venía a través de José Antonio. No puse cemento en el Sindi porque aquel año estuve fuera de España, si no, ahí habría estado seguro. 

Con los años y algunos golpes, lo fui dejando hasta abandonar por completo. Pero 20 años después, me encontré encima de un patinete con manillar intentando alcanzar las bicis de mis hijos. Al día siguiente, rebuscaba por los armarios en casa de mis padres a la caza de material. Yo necesitaba recuperar un patín. Allí aparecieron los tesoros despiezados. En Caribbean, pusimos las piezas juntas y, de paso, supe de la existencia de 40sk8. La obsesión despertó de nuevo.

Todavía sigue ahí. ”

Álvaro en Móstoles

Álvaro en Móstoles